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Cuando los rayos cósmicos interaccionan en la atmósfera terrestre con elementos estables, se producen los denominados radionucleidos cosmogénicos. Estos radionucleidos son el carbono-14, el tritio y el berilio-7. La radiación cósmica es la fuente principal de estos radionucleidos en la Tierra.
La atmósfera terrestre atenúa la radiación cósmica, así que cuanto más aire haya entre nosotros y el espacio exterior más protegidos estaremos, como podemos observar en la figura 19. Por tanto, la exposición a la radiación cósmica depende, entre otros factores, de la altitud a la que nos encontremos. Así, durante los vuelos en aviones comerciales recibimos más radiación cósmica que en la superficie de la tierra. La cantidad de radiación cósmica aumenta aproximadamente al doble cada 6.000 pies de altitud (o cada 1.800 metros, ya que 1 pie equivale a aproximadamente 0,3 metros). La latitud también influye en la radiación cósmica que recibimos, ya que el campo magnético terrestre desvía la radiación, de tal manera, que la dosis es menor en el Ecuador que en los Polos.
Cerca del 10 % de la exposición anual a las radiaciones ionizantes de origen natural procede del espacio exterior.