El terremoto y el tsunami generaron una gran cantidad de desechos algunos de los cuales quedaron contaminados (principalmente con cesio-134 y cesio-137) como consecuencia de las emisiones de la central nuclear de Fukushima Dai-ichi. Debido a las actividades de estabilización en el emplazamiento ha aumentado el inventario de material contaminado y de desechos radiactivos sólidos y líquidos que es preciso gestionar, al mismo tiempo que las actividades de rehabilitación fuera del emplazamiento han aumentado la cantidad de material contaminado.
La gestión de este material, con sus diversas propiedades físicas, químicas y radiológicas, es compleja y requiere el despliegue de esfuerzos importantes debido a la pérdida de infraestructura causada por el terremoto y el tsunami y los altos niveles de radiación. También fue necesario modificar la legislación y el enfoque nacional de la gestión de desechos.
En el exterior del emplazamiento, las medidas reparadoras comprendieron la retirada de la capa superficial del suelo y de vegetación, y la descontaminación de zonas públicas y residenciales. El tamaño de la zona que había de ser objeto de rehabilitación se vio influido por los criterios radiológicos y los niveles de actuación adoptados, lo cual también repercutió en la cantidad de material contaminado que había que gestionar.
En general, un nivel de referencia bajo, como el que se tomó por parte del gobierno de Japón, se traduce en la generación de una cantidad mayor de material contaminado. Se estima que la cantidad de suelo y otros materiales contaminados generados a raíz de las actividades de rehabilitación posteriores al accidente será de aproximadamente 16 a 22 millones de m 3 tras la reducción del volumen por incineración de plantas y árboles.
Las fases del proceso de gestión de desechos aplicado en la prefectura de Fukushima se ilustran en la figura 12. La gestión de los desechos generados en las actividades de rehabilitación supone la acumulación de esos desechos en instalaciones de almacenamiento temporal cerca de los lugares de descontaminación. Se han construido muchos cientos de instalaciones de almacenamiento temporal. Tras este almacenamiento, los desechos se transportarán a la instalación de almacenamiento provisional. El nivel de contaminación de parte de este material es suficientemente bajo para poder utilizar la infraestructura existente de eliminación de desechos sólidos municipales (por ejemplo, los incineradores y los vertederos de desechos municipales). No obstante, ha resultado difícil obtener el acuerdo de los municipios para utilizar incineradores convencionales con el fin de reducir el volumen de material contaminado fuera del emplazamiento.
En la central nuclear de Fukushima Daiichi se han generado grandes cantidades de material líquido y sólido contaminado, así como desechos radiactivos, a raíz de diversas actividades de recuperación. Por ejemplo, al 30 de noviembre de 2014 había 131 900 m3 de escombros y 79 700 m3 de árboles almacenados en el emplazamiento. La generación de estas grandes cantidades de material contaminado y desechos radiactivos ha hecho necesario el establecimiento de estrategias efectivas de gestión de los desechos. En particular, ha sido preciso construir instalaciones de tratamiento y almacenamiento para muchos cientos de miles de metros cúbicos de agua contaminada y tratada, así como para desechos sólidos derivados de los procesos de tratamiento y la limpieza de grandes superficies de tierra. En la figura 5.7 se ilustra parte de la estrategia de gestión de los desechos del emplazamiento, comprendidas las instalaciones de tratamiento y almacenamiento de agua.
Persiste la necesidad de capacidad de almacenamiento para diversos tipos de corrientes de desechos sólidos y líquidos. En la figura 13 podemos ver, por ejemplo, la superficie ocupada por los depósitos de agua contaminada en la central. Por consiguiente, la reducción del volumen se ha convertido en un componente importante de la gestión de los desechos del emplazamiento, por ejemplo, mediante la evitación de desechos, la instalación de incineradores, y la reutilización y el reciclaje de materiales. Se prevé que la clausura de la central nuclear genere más desechos. Los tipos y las cantidades de desechos generados dependerán del enfoque que se adopte.
Se han desplegado esfuerzos para alejar los desechos radiactivos de los límites del emplazamiento de modo que las tasas de dosis en esos lugares sean inferiores a 1 mSv/año. Estas actividades no tienen repercusiones en la exposición de la población, ya que no hay presencia humana en los límites del emplazamiento.
La gestión de desechos en el emplazamiento plantea muchos desafíos complejos que deben seguir siendo objeto de investigación y desarrollo. A medida que se disponga de nuevas capacidades, se deberá considerar una estrategia de disposición final de los desechos del emplazamiento que incluya decisiones a corto y a largo plazo.